domingo, 8 de noviembre de 2009

La institución del consumo


Jean Baudrillard ha escrito la Crítica de la economía política del signo. En su obra se refiere a la base errónea sobre la que apoyamos la ideología del consumo: los bienes se consumen por su valor de uso (satisfacer una necesidad). Esto, a criterio del autor, no es así. Consumimos por el valor de cambio que los objetos tienen. Es decir, no nos basamos en una teoría de los objetos y del consumo, sino en una teoría de la prestación social y de valor de cambio del signo.

En pocas palabras, la ideología del consumo es una coacción social, una institución que nos obliga a consumir, ya que los objetos condicionan lo que somos: uno es a partir de lo que tiene. Los objetos significan al individuo, nos exponen al juicio (peyorativo) del otro.

La capacidad de compra es el diferenciador de clase.

Desde la antigüedad, los bienes se producen e intercambian para crear y mantener las diferencias de clases sociales.

De este modo, se puede considerar el consumo como un destino social, que afecta a ciertos grupos sociales (clases).

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