martes, 24 de noviembre de 2009

Alternativas Energéticas




El gas natural es el que más está aumentando su uso, constituyente el 24% del consumo energético, y tiene muchas ventajas, pero su explotación también contribuye al efecto invernadero y sigue una curva de Hubbert más pronunciada que la del petróleo, de manera que, una vez que se alcance el cenit, unos diez años después del petróleo, su declive será mucho más pronunciado. En Norteamérica la escasez de gas ya empieza a ser un problema acuciante.

  • El carbón es un combustible muy pesado, poco eficiente, con poca versatilidad y con un gran coste de extracción y de transporte. Aun así su consumo es del 25% del total de recursos energéticos. Es muy contaminante (tanto su minería como su combustión) y es el causante de la lluvia ácida, además de contribuir al efecto invernadero. Estos problemas se verían incrementados si se tratase de sustituir con él al petróleo.

  • La fusión nuclear, similar a la que se produce en el interior del Sol y que poporciona la energía que de él recibimos es la única alternativa, aunque para su consecución todavía requiere de innumerables avances tecnológicos.

  • Los biocombustibles no tienen las prestaciones que presentan los gasóleos obtenidos del petróleo y, para incrementar su producción significativamente, se tendrían que dedicar una gran cantidad de tierras fértiles a su cultivo, lo que es complicado en un mundo en el que el hambre y la desertización son dos de sus problemas de más difícil solución. Además, nuevamente el petróleo aparece como el recurso que está detrás de su desarrollo, pues el proceso de siembra, tratamiento, fertilización, riego, cosecha, transporte y distribución requiere de energía que en la actualidad se obtiene del “oro negro”.

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